jueves, 14 de marzo de 2013

Manifiesto Irredente

Publicado en Octubre de 1983, el "Manifiesto Irredente" vio luz en el periódico que un grupo de estudiantes de la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela, entre ellos nuestra amiga Esperanza Hermida, bautizó con el nombre de "Compromiso con la Historia". 

Esperanza nos relata: "este texto, utiliza ciertas figuras y narra el sentido de la publicación. No es exactamente una poesía, con una determinada métrica de versos, rima, etc. Está impregnado de la impresión causada por la masacre de Cantaura. Una camarada a quien quise mucho, porque fue como mi guía en los inicios de la militancia en Bandera Roja, había muerto allí. Yo fui parte, casi por casualidad, de un movimiento estudiantil al cual se le impuso la clandestinidad durante 3 años, para preservar la vida de las personas que lo integraban”.

                             
Manifiesto Irredente
"Habría que exhumar el cuerpo para conocer los vacíos del alma, sólo así haríamos justicia a la inmaculada posteridad, no intentando una justificación imposible; el organismo esconde los humores de su putridez.
Es de entender que se ha declarado una guerra. No se puede seguir pretendiendo que las palabras sirvan a los intereses mezquinos de una casta social decadente.
Las válvulas de la Historia ceden a la presión de los hechos que, con su obstinada evidencia, nos despejan de la soporífera demagogia de retóricas reformistas. Y es porque la razón histórica nos asiste, que nos proponemos hace nuestra la luz y abrir estas páginas a la esperanza valiente de cada hombre y mujer venezolanos.
Porque es necesario retomar la escritura de una Historia viciada y entumecida en los esclerotizados archivos de conciencias cómplices de nuestra desnacionalidad; porque es necesario no aguardar más y rescatar de los últimos estertores de esta sociedad servil y contra natura, la insurrecta voluntad de nuestra identidad de pueblo y nación americana y elevar nuestros cantos por sobre las fronteras de burguesías decrépitas, que se placen de alcahuetes del imperio hostil; porque es la hora ya de asistir al parto de nuestra idiosincracia.
Que, con la sonoridad del eco, desde la Cordillera Andina resuenen quenas y guaruras y vengan a mezclarse con los sones calientes, al compás de minas y curbetas y que cuatros, charangos y guitarras fusionen en un solo acorde insurgente el malembe, la fulía, la cueca y la zamba.
Que no quede cantor sin poeta, creador de rebelde sangre americana, sin prestar su voz y sus manos para empuñar las armas necesarias, ya sea con la palabra y aún, a pesar de las palabras. Para que la sangre abonada en los campos de nuestra América fructifique con la gallardía de quienes nos supieron legar la libertad y la justicia, hoy usurpadas por el yanqui opresor y burguesías lacayas y políticos demagogos y militares testaferros, que convalidan la expoliación de nuestra americanidad.
Para hacer nuestra la alborada púrpura que tiñe ya el amanecer de nuestros horizontes, y así extender en nuestro compromiso, la acción vindicadora de nuestra razón de ser de pueblos que reclaman su lugar en la Historia."

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