sábado, 18 de mayo de 2013

Eloisa y la familia Barrios


Por: Ninoska

Eloisa Barrios es mi amiga, mi compañera. La tragedia que vive su familia comenzó hace 15 años cuando, por esas cosas que ocurren en los pueblos, donde la ley del más guapo se impone, su hermano Benito fue torturado y asesinado por funcionarios de la policía de Aragua. Un caso de violación a DDHH cuyo acompañamiento fue asumido por nuestro entrañable Luis (Aguilera) quien, junto a Eloisa, agotó todas las instancias nacionales antes de acudir a la CIDH. 

Pocos sabemos cuán largo, tedioso, frustrante y desesperante es el peregrinaje por los despachos fiscales, por las oficinas detectivescas, los medios de comunicación, las ONG, la protesta de calle, - las pancartas, el volante, la declaración de prensa- la cronología para la sistematización, las copias simples y certificadas, el respaldo de todas las diligencias, los diferimientos, las amenazas, la denuncia y la réplica...el luto que no termina de elaborarse y la revictimización.

Hace unos dos años tuvimos la oportunidad de conocer a Eloisa personalmente.  Estaba extenuada pero fortalecida porque próximamente se conocería la sentencia de la CIDH. Por iniciativa e intermediación de Luis le ofrecimos pasar unos días acá con nosotros para que descansara. La esperamos en el terminal donde la vimos llegar con la menor de sus hijas, de ahí nos fuimos todos a una posada en Cubiro, donde nuestras invitadas se hospedarían por un par de días. 

Porque sabíamos de la dura carga que Eloisa llevaba a cuestas, nos sorprendió su mirada transparente y bondadosa, su sonrisa agradecida y calidez, su disposición para seguir adelante, para conocer de nuestra lucha y sumarse. 


Las dejamos instaladas y regresamos, al paso de los días, a buscarlas para un agasajo que habíamos organizado en Barquisimeto como excusa para compartir experiencias. Aquella tarde, en torno a una olla de sopa, Eloisa y su hija estrecharon lazos con las madres del Comité de Lara y desde aquél día somos como una sola: lo que le ocurre a una, nos convoca a las otras.

Ya en la noche, nos vinimos a mi casa, salimos a comprar una harina para las arepas de la cena (hace dos años eso era posible), caminamos por el barrio y hablamos sin parar. Me contó que confeccionaba cojines para la venta y que, como un mercado se había instalado por las inmediaciones de su casa, ella se puso a vender empanadas y jugos. Con eso podía costear los estudios de su hija.

Cocinamos juntas y aproveché el momento para abordarla sobre la historia de la Familia Barrios. Como era de esperarse -sumida en la tristeza- Eloisa mantiene en su memoria -y en exacto resguardo- cada uno de los acontecimientos que han signado su tragedia:

El primero, me dijo,  fue mi hermano,  Benito (1998), luego  Narciso Barrios (2003), Luis Alberto Barrios (2004), Rigoberto Barrios (2005), Oscar José Barrios (2009), Wilmer José Flores Barrios (2010), Juan José Barrios (2011), Víctor Navarro Barrios (2011). Hasta aquí iba la cadena de asesinatos.

El 24.11.2911 la CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS en el "CASO FAMILIA BARRIOS VS. VENEZUELA"sentenció:

"El Estado debe conducir eficazmente la investigación penal de los hechos del 
presente caso a fin de esclarecerlos, determinar las correspondientes responsabilidades penales y aplicar efectivamente las sanciones y consecuencias que la ley prevea..."

Pero, cosa rara el Estado de mierda venezolano no ha honrado su compromiso y -gracias a su desidia criminal-  la familia Barrios sigue enterrando a sus muertos, hace cinco meses le tocó el turno a Jorge Antonio Barrios Ortuño, (15 de diciembre de 2012) y apenas esta semana al hijo de Luis Alberto,  Roni David Barrios Alzul (15 de mayo de 2013).

Ya no tenemos palabras para Eloisa. Algo (o todo) lo estamos haciendo mal, muy mal. No provoca ni escribirlo.

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