Por: José Rafael López Padrino
El fallecimiento del Tte. Coronel ha dado
pie a un sin fin de especulaciones políticas, entre muchas la de hablar de un
supuesto “legado histórico” asociado a su figura. En efecto, “El heredero”
-como todos los que reclaman su parte en el testamento- designó una comisión
presidencial, conformada por familiares y ministros del Tte. Coronel para el
“resguardo, estudio, preservación y difusión” del legado del fallecido
presidente. Pero ¿se puede hablar de un legado histórico del fallecido Tte.
coronel? Más apropiado sería hablar de copias tropicalizadas de experiencias
del siglo pasado, en especial la vivida durante la Italia fascista de Benito
Mussolini.
Más allá
de las mentiras plasmadas en la propaganda Goebbeliana del régimen, el
desconocido y contradictorio socialismo del siglo XXI, legado ideológico
intangible del fallecido Tte. coronel no generó ningún aporte filosófico que
enriqueciera al humanismo socialista expuesto por Marx y Engels en sus ideas
originarias. Además, la implementación de un modelo estatal, con rasgos
autoritarios, despóticos y represivos no tiene nada de originario. Reproduce
los viejos modelos dictatoriales del siglo pasado de corte facho-nazista.
Ensayo que ha promovido la figura del estado como un ente sagrado, supremo e
inexorable y que reivindica y hace suya la máxima del Duce Mussolini: todo en
el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado.
Podría
considerarse como parte de su legado el haber implementado una
política de Estado francamente antiobrera. Bajo la falsa
premisa de paradisíacos principios de justicia social se pusieron en práctica
políticas destinadas a criminalizar la protesta sindical, a reprimir y
encarcelar a trabajadores y dirigentes, así como acabar con todos los
sindicatos clasistas del país. Reivindicaron la vieja “Carta del Trabajo” de
Mussolini (27/4/1927) la cual engañosamente indicaba que toda organización
profesional o sindical era libre, en la medida que la misma estuviese sometida
al control del Estado. Es decir: existe una supuesta “libertad sindical”, pero
siempre y cuando la organización sindical responda y esté bajo el control del
Estado, convirtiéndola en la práctica en órgano dependiente del Estado y no en
trinchera de lucha de los trabajadores.
Podríamos añadir a su legado la postura
entreguista que asumió su gobierno frente al gran capital transnacional.
No hay que olvidar que fue precisamente el
gobierno del Tte. Coronel quien firmó el “Tratado de la doble tributación”, el
“Tratado de la propiedad Intelectual” y el único gobierno latinoamericano que
ha firmado el “Tratado de Promoción y Protección de Inversiones” (TPPI).
Tratados de importancia capital para los intereses norteamericanos desde el
punto de vista estratégico y que paradójicamente los gobiernos puntofijistas de
Carlos Andrés Pérez y de Rafael Caldera fueron renuentes a firmar. Que además
gestó una política genuflexa y antinacional que entregó nuestros recursos
energéticos al capital extranjero a través de la apertura petrolera bolivariana
(empresas
mixtas: 60% PDVSA y 40% transnacional). Arreglo contractual
que fue aprobado por la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional,
institucionalizando la entrega de la soberanía nacional en lo que respecta a la
extracción y comercialización de nuestros recursos petroleros. Las “empresas
mixtas bolivarianas”, representan la continuidad de la apertura petrolera
neoliberal iniciada por Caldera II (contratos de servicios), con el agravante
de que esta nueva figura leonina esta amparada por las leyes de la República y
que el Estado venezolano pierde el 40% del crudo de la faja del Orinoco, el
cual ahora pasa a manos de las empresas transnacionales que operan en la zona.
El
legado del Tte. Coronel no traspasa las fronteras de un sistema de gobierno basado
en un vulgar bandidaje político, en una violencia desenfrenada, en la violación
sistemática de los derechos humanos, la entrega de nuestros recursos al capital
extranjero y en la imposición de un capitalismo monopolista de Estado. Es
inconcebible que producto de una petrochequera bondadosa y compra-conciencias
los apologistas del proceso nos hablen de un supuesto “legado” de un sujeto que
encabezó uno de los regímenes más perversos, oprobiosos, serviles y
entreguistas de estos últimos años en Venezuela. Pesadilla que el impostor de
Miraflores ha prometido y jurado darle continuidad.
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