La Corriente Clasista, Unitaria,
Revolucionaria y Autónoma (C-cura) se dirige al conjunto de la clase
trabajadora venezolana, y muy especialmente a los trabajadores de las empresas
básicas de Guayana, para llamar la atención sobre el objetivo del gobierno en
contra de las principales conquistas del movimiento obrero venezolano.
Luego de escuchar este martes 28 de mayo
del presente año, la intervención del presidente Nicolás Maduro en el marco de
las actividades del “Gobierno de Calle” en Ciudad de Guayana, no nos queda la
menor duda que, ante
la grave crisis económica que padece el gobierno producto del despilfarro, la
corrupción y el elevado gasto público con fines electorales, el gobierno de
Maduro y la cúpula del Psuv, buscan utilizar a la clase obrera guayanesa como
laboratorio para desmontar importantes reivindicaciones y derechos ganados con
la lucha por los trabajadores de las empresas básicas.
De las palabras del Presidente quedó claro
que el objetivo es liquidar los contratos colectivos, “revisando” cláusulas
contentivas de importantes conquistas; eliminar el HCM; sustituir la discusión
del aumento salarial por un supuesto “salario social”, y mantener la
tercerización, negándole a miles de trabajadores que aún se mantienen en esta
aberrante condición, la posibilidad de ingresar como personal fijo a las
empresas, beneficiándose del contrato colectivo, todo con el fin de descargar
la crisis económica sobre los hombros de los trabajadores. Y para que estas
medidas, eventualmente se extiendan a todo el movimiento obrero venezolano.
Palabras más palabras menos, el Presidente
expresó que por ahora no estarían dadas las condiciones para firmar nuevos
contratos colectivos por cuanto las empresas básicas no son productivas ni
autosustentables. Es decir, que el Gobierno Nacional, después de 14 años
diciéndole a los trabajadores que íbamos al socialismo, aplicando el llamado
“control obrero” y el Plan Guayana Socialista, ahora les dice que no puede
cumplir con las obligaciones establecidas en los contratos del conglomerado
empresarial que conforma la CVG, y pretende responsabilizar a los
trabajadores por la crisis operacional y administrativa que padecen las
empresas básicas, gracias a las gestiones ineficaces y corruptas de las
distintas gerencias que han pasado por las mismas.
Por si fuera poco, haciendo alarde de
autoritarismo y de una indebida injerencia sobre asuntos laborales que no le
competen, el presidente Maduro ha anunciado que se revisarán los contratos
colectivos vigentes, con lo cual deja en claro que el
Gobierno Nacional se encamina a recortar beneficios y derechos adquiridos a
través de largos y arduos años de lucha desarrollados por la clase trabajadora
guayanesa y venezolana.
Los contratos colectivos no son objeto de
revisión por parte del patrono, sea éste público o privado y mucho menos para
recortar beneficios. Ya desde el 1º de Mayo el Presidente Maduro había esbozado
esta maquiavélica idea. Lo que tiene que hacer el gobierno es sentarse de
inmediato en la mesa de negociación a discutir las cláusulas de los contratos
colectivos.
Desde Ccura, somos enfáticos en señalar que la
crisis de las empresas básicas es de absoluta responsabilidad del gobierno
nacional, que ha llevado a las empresas básicas al desastre operativo y
administrativo, razón por la cual todas se encuentran en rojo, y no cuentan con
recursos propios ni para pagar los salarios, dependiendo de los escasos
recursos que envía el gobierno central. Además, los burócratas de gobierno y
los corruptos que han estado al frente de las empresas básicas, permiten que
las multinacionales saquen provecho endeudando a las empresas y comprando
materia prima a precio de gallina flaca. En ese sentido, en nada se diferencian
de los gobiernos adecos y copeyanos, y de los burócratas sindicales del pasado
puntofijista, los cuales facilitaron el quiebre de las empresas para luego
privatizar, recortar o eliminar los contratos colectivos de trabajo y
tercerizar la mano de obra.
Ccura expresa su irrestricto apoyo
al justo reclamo de negociación inmediata de las convenciones colectivas de
trabajo, las cuales llevan varios años congeladas, lesionando con ello los
derechos económicos, políticos y sociales de la fuerza laboral venezolana.
El gobierno pretende eliminar las pólizas
de HCM a nombre de una supuesta mejoría del sistema de salud, que desde hace
años viene siendo anunciada en el estado Bolívar y en todo el país, pero que
aún no se cumple ni se cumplirá. Para nadie es un secreto en este país que la
mayoría de los módulos de Barrio Adentro están cerrados, que los hospitales son
un verdadero desastre; que se ruletea a los enfermos de un hospital a otro
porque ninguno tiene condiciones para recibirlos. Quieren eliminar los HCM, que
son la única garantía de atención médica con que cuentan los trabajadores, y
que además fue una conquista arrancada a los gobiernos del puntofijismo a
través de la lucha y la movilización, en un país donde ni antes, ni ahora en el
supuesto “socialismo del siglo XXI”, el sistema de salud funciona.
Por otra parte, el gobierno pretende
eliminar o minimizar la discusión sobre aumento del salario, inventando la
ficción del “salario social”. Es decir, quiere dar pírricos aumentos
salariales, y complementarlo con promesas de vivienda, salud, y alimentos. En
síntesis, lo que propone el presidente Maduro no es más que la trampa con la
que hace años atrás Wills Rangel, presidente de la federación sindical de los
petroleros (Futpv), engañó a los 100 mil trabajadores vinculados a la
industria, quitándoles conquistas históricas como el comisariato.
La oferta de construir viviendas para los
trabajadores también es una burla. Para demostrarlo tenemos el caso de los
petroleros, quienes hace cuatro años firmaron una cláusula del contrato
colectivo para la vigencia 2009-2011, mediante la cual Pdvsa se comprometía a
construir 12.000 viviendas y al finalizar el período no se construyó ni una
sola. Posteriormente para la vigencia 2011-2013 actualizaron la cláusula
comprometiéndose a construir 24.000 viviendas y esta es la hora que ni siquiera
existen los terrenos para desarrollar tales planes de vivienda.
También es un engaño decir que con los
“Mercal Obrero”, los trabajadores podrán encontrar y adquirir productos de
buena calidad y a bajos precios. El
mismo informe oficial del gobierno señala que Mercal y Pdval han decaído en más
de un 50%. Hoy el país y todos los venezolanos están padeciendo el
desabastecimiento y la baja calidad de los productos. Producto del desastre
en el que se encuentran las empresas agroindustriales y las fincas adquiridas
por el gobierno, las cuales en su mayoría no producen o lo hacen a un nivel
inferior a su capacidad instalada.
En resumen, esa farsa del “salario social”
es la que hoy se quiere aplicar a los obreros de las empresas básicas, y
mientras se busca ese objetivo el gobierno sigue postergando la negociación de
los contratos colectivos.
Ccura es consciente que aún hay
trabajadores que se reivindican chavistas y mantienen alguna confianza en el
gobierno, en el PSUV y en el presidente Maduro. Respetamos esa consideración,
pero los hechos demuestran claramente
que en estos últimos 14 años de gobierno, lo que hemos conquistado ha sido a
través de la lucha, incluida la reestatización de Sidor, que a nuestro modo
de ver ha sido la conquista más importante alcanzada por la clase trabajadora
venezolana en los últimos 20 años. Esa es la lección que nos dejó esa histórica
lucha.
Pero no obstante, hoy no podemos seguir
esperando a que éste gobierno cambie, porque no lo hará. Llegó la hora de dar
un paso al frente para luchar por la recuperación de las empresas básicas,
acabar con la hipoteca a que la han sometido los burócratas de gobierno y las
multinacionales, desterrar y castigar la corrupción, recuperar el derecho a la
negociación de los contratos colectivos de trabajo, defender el HCM, luchar por
aumento de salario, repudiar la criminalización de la protesta, y discutir y
aprobar un Plan de Desarrollo de la CVG, que sea ejecutado por los propios
trabajadores de base y los dirigentes sindicales autónomos y clasistas.
Hay que desoír las propuestas de gobierno
que pretenden involucrarnos en un proyecto de “milicias”, que no tienen como
objetivo defender los derechos de los trabajadores, sino colocarlos al servicio
de la defensa de los intereses de la burocracia y los militares que ahora
controlan las empresas. Las “milicias”
propuestas por el presidente Maduro son para defender al gobierno y para
impedir la lucha de los trabajadores.
Desde Ccura, les decimos con total claridad
a los trabajadores de las empresas básicas que esa no es la misión de la clase
trabajadora. Los objetivos de los trabajadores deben ser otros: recuperar las empresas, garantizar
contratos colectivos que reivindiquen plenos derechos; libertad y autonomía
sindical; liquidación de la tercerización; repudio a la criminalización de la
protesta y rechazo a las administraciones autoritarias. Para alcanzar tales
metas se precisa la unidad en la lucha de los trabajadores como hoy lo hacen
los empleados y profesores universitarios, los trabajadores del Inces, los
cementeros, y como lo promueven corriente sindicales como Ccura, UNT, ASI,
Fadess y los Sindicatos de Base. En esa dirección debemos apuntar, hacia allá
está el futuro de la clase trabajadora venezolana.
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